Los terapeutas cráneo-sacral usan un tacto muy suave (generalmente no superior al peso de una moneda de 10 céntimos) para evaluar las restricciones en el sistema cráneo-sacral. Esto es posible monitorizando el ritmo del líquido cefalorraquídeo al fluir por el sistema.
Si bien los terapeutas experimentados pueden detectar este movimiento en cualquier parte del cuerpo, se siente más facilmente en el cráneo, sacro y coxis. Estos huesos están unidos a las membranas que contienen el líquido defalorraquídeo.
Los efectos positivos de la Terapia Cráneo-Sacral se deben en su gran mayoría a la capacidad de autocorrección natural del cuerpo. El terapeuta con suavidad emplea sus manos simplemente para asistir al médico interno del cuerpo y fortalecer las propias capacidades de autocuración.
Si bien los terapeutas experimentados pueden detectar este movimiento en cualquier parte del cuerpo, se siente más facilmente en el cráneo, sacro y coxis. Estos huesos están unidos a las membranas que contienen el líquido defalorraquídeo.
Los efectos positivos de la Terapia Cráneo-Sacral se deben en su gran mayoría a la capacidad de autocorrección natural del cuerpo. El terapeuta con suavidad emplea sus manos simplemente para asistir al médico interno del cuerpo y fortalecer las propias capacidades de autocuración.
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